Esta fruta es ideal para mejorar el
funcionamiento del tracto intestinal y del sistema inmunológico.
La papaya es una deliciosa fruta tropical perteneciente a la familia de las Caricáceas (carica papaya). De color anaranjada o amarilla cuando está madura, en su interior la pulpa es blanda y jugosa. En el centro, tiene abundantes semillas de color negro.
Se ha utilizado en casi toda América desde hace varios siglos. El primer dato que se tiene por escrito sobre la papaya aparece en la Historia Natural y General de las Indias, del historiador español Gonzalo Hernández de Oviedo y Valdés, quien alrededor del año 1535 envió una carta a su soberano, en la que describe haber visto esta fruta en el sur de México y Centroamérica. Durante la conquista, las semillas se distribuyeron rápidamente por las Antillas y Sudamérica. Posteriormente, los navegantes españoles y portugueses ya la habían distribuido en Malasia, Filipinas, China y Hawái.
Debido a su enzima papaína, esta fruta es la reina del tratamiento de la indigestión y el buen funcionamiento intestinal y muy beneficiosa para fortalecer el sistema inmunológico. También te brinda fibra, calcio, fósforo, hierro, las vitaminas A y C, tiamina, riboflavina y niacina.
Antes de la llegada de los españoles, en México solía apreciarse el fruto ya que se relacionaba con la fertilidad.
Desde entonces, podemos disfrutar de la papaya en jugos, dulces o directamente, ofreciendo increíbles beneficios a la salud. No obstante, tendemos a dejar a un lado a las semillas…
Consumir las semillas de la papaya te ayuda a proteger el riñón de problemas de insuficiencia renal y afecciones posteriores, a mejorar la salud intestinal, cuidan y favorecen el hígado y el sistema digestivo en general.
Beneficios de consumir las semillas
- Protegen el riñón. En caso de problemas de insuficiencia renal, algunos estudios han encontrado que pueden proteger los riñones contra afecciones posteriores. En este caso, se recomienda masticar 7 semillas de papaya, 3 veces al día.
- Mejoran la salud intestinal. Debido a su alto contenido de enzimas proteolíticas, las cuales pueden acabar con los parásitos y sus huevecillos, son un excelente antiparasitario intestinal. También contienen un alcaloide antihelmíntico único llamado carpaine, eficaz para exterminar las amebas. Para su consumo, se secan las semillas y se muelen: una cucharadita de este polvo se pone a hervir en agua. Se le puede agregar una cucharadita de miel. Bébelo entre 2 y 3 veces al día.
- Favorecen el hígado. En casos de cirrosis hepática, pueden funcionar como un tratamiento alternativo. Deben molerse 5 semillas de papaya y a la mezcla se le añade una cucharada de limón. Debe consumirse 2 veces al día, por un periodo de un mes.
- Cuidan el sistema digestivo. Tienen propiedades antibacterianas y antiinflamatorias. Estudios demuestran que el extracto de las semillas mata la salmonella, los estafilococos y otras infecciones. Para estos casos, se recomienda masticar muy bien 7 semillas, 3 veces al día.
- Queman grasa. Tienen la cualidad de impedir que el organismo absorba en exceso grasas y azúcares. Otro punto favorable es que aceleran el proceso de digestión, lo que se traduce en la pérdida de algunos gramos de sobrepeso.
Para disminuir esos kilitos...
Te daré 2 remedios caseros para este fin. Es importante que seas decidido y tengas paciencia. Los resultados se irán dando. Suma una dieta balanceada y un plan de actividad física, en el que, por lo menos 3 veces a la semana, te pongas en movimiento.
- Opción A. Todos los días, en ayunas, toma 12 semillas como si fueran pastillas, junto con un té hecho de cáscara de toronja. Tómalo durante 15 días seguidos, descansa 15, y vuelve a comenzar.
La toronja es una fruta (de la familia de los cítricos) que tiene un sabor ácido ligeramente amargo y que posee muchas cualidades nutricionales y medicinales.
- Opción B. Por la mañana, añade a un jugo de toronja de 15 a 20 semillas frescas; trágalas sin masticar, como si fueran pastillas. Además de ayudarte con la grasa, son excelentes para la digestión.
La próxima vez piénsalo dos veces antes de mandar estas semillas al bote de la basura y trata de aprovecharlas.
Si las machacas, sirven para aderezar ensaladas o la vinagreta.
Tienen un sabor un poco picante, parecido a la mostaza. Así que solo ten cuidado con la cantidad que utilices.
¡Tú generas el cambio!
Fuente: http://www.ecoosfera.com/