lunes, 23 de diciembre de 2013

Wilhelm Reich y el Descubrimiento del Orgón - 3ª Parte. Del Descubrimiento de los Biones a la Energía Orgónica


Como explicaba en mi anterior entrada, la aparición del libro “Los Experimentos con Biones” significó metafóricamente una declaración de Guerra contra la visión Pasteurista oficial de que la vida no podía generarse a partir de la "no-vida". Sin embargo, el prestigioso biólogo Roger Du Teil se carteó con Reich al replicar con éxito sus resultados, hecho que logró con un microscopio sensiblemente menos potente de 2.500 aumentos. Ahora bien… ¿Qué energía estaba detrás de ese proceso de auto-organización espontánea que Reich acababa de descubrir, y que terminaba en estas diminutas formas esféricas pulsantes que se auto-organizaban para formar amebas, paramecios y otras estructuras orgánicas vivas y plenas?

Wilhelm Reich y Roger Du Teil en Noruega, 1937. De la galería fotográfica de la Fundación Wilhelm Reich. 

Como vimos en la anterior entrada, solo una pista tenía Reich y ésta era que fuera lo que fuera esta energía se comportaba al revés que la electricidad convencional y al revés de las leyes termodinámicas al uso, al crear estructuras organizadas allí donde por lógica y sentido común debía de imperar solo el caos y el desorden.


La Biopatía del Cáncer.

Ahora, si bien la carga eléctrica podía ser la responsable del movimiento de los biones, la responsable de la pulsación debía de ser otra cosa.




Reich especuló con que el halo azulado que observaba aparecer alrededor de los biones debía de ser de un tipo de energía responsable de tal pulsación, ya que cuando este halo se desvanecía las células morían. A este halo azulado energético, lo llamó orgón.

Fig 61a. Biones de Carbón penetran en clara de huevo. Diferentes formas biónicas. Ref; La Biopatía del Cáncer.

Desde el período de 1940 hasta 1943, Reich estudió al microscopio las estructuras protozoarias tales como estafilococos, estreptococos y sobretodo los Bacilos-T que se producían por degeneración y muerte de la materia proteínica, encontrando una gran similitud en comportamiento con las células cancerígenas, en el sentido de que al igual que ellas crecen aisladas, se reproducen a gran velocidad, y no necesitan oxígeno para reproducirse (anaeróbicas). Repitió los procesos de auto-clave, y se encontró que los biones y los Bacilos-T tenían comportamientos similares, aunque unos significaran el nacimiento de la vida y los otros la muerte. Para certificar su hipótesis, Reich inoculó varias dosis de Bacilos-T en ratones, con el resultado de que casi todos desarrollando grandes tumores, y murieron al poco tiempo. La relación por tanto de causa efecto entre Bacilos-T y cáncer estaba demostrada.

Bacilos-T presentes en el carcinoma del epitelio gástrico de un ratón contaminado. Fig 58b de “La BIopatía del Cancer”.

Con esta observación, Reich formuló un hipótesis brillante; toda forma de vida obedece una ley natural de disociación en dos formas a partir de la unidad (formación de unidades elementales llamadas biones y sus opuestos Bacilos-T) y la funcional antítesis de unidad con lo desasociado (células y protozoos desarrollados).

Símbolo del ciclo de la energía orgónica.

En otras palabras, la vida nace con la muerte adosada y viceversa, y la enorme complejidad subyacente a la vida solo puede aparecer por un proceso de reorganización espontánea. Esto permitió establecer el símbolo de la energía orgónica que viene a decir que desde una materia bionosa, se produce un equilibrio entre vida y muerte es decir, entre biones y celulas T, entre sistema simpático y parasimpático, entre emoción psíquica sexual y excitación fisiológica, entre psique/neurosis y soma/lesión física, entre ying y yang, etc…

Tumores en ratones provocados por inoculación de Bacilos T; y Bacilos T en el peritoneo del mismo roedor. Ref; La Biopatía del Cáncer.

Y como toda ley lleva consigo una nueva hipótesis, Reich especuló con el hecho de que los biones llenos de energía orgónica podían paralizar los Bacilos-T carentes de ella y con ello por tanto, encontrar una forma de detener la propagación de tumores cancerígenos. Era por tanto imperioso, encontrar una forma de acumular energía orgónica. Así que Reich se lanzó a la búsqueda de que materiales podían acumular dicha energía.

Potenciales Biónicos Medidos en el experimento XX. Nótese como destaca la leche cruda sobre la pasteurizada, así como la orina y el agua bionizada. Ref; La Biopatía del Cáncer Pag 64.


La búsqueda del Orgón.

Por un lado, Reich especuló con el hecho que las impresiones visuales que tenemos al estar en una cámara oscura no eran debidas a aberraciones ópticas de nuestra retina como sostenía la óptica, sino que por el contrario, se trataba de efectos reales captados por nuestra vista.

Algunos de los resultados del Experimento XX. Ref; La Biopatía del Cáncer pag 66-67.

El lector habrá comprobado lo fácilmente que se pierde la cobertura telefónica en el interior de un ascensor, o como se pierde la señal de radio en el interior de un túnel salvo que alguien instale un repetidor. La radiación electromagnética no puede penetrar los metales, hecho que se conoce como celda de Faraday. De esta manera sabemos que en caso de una tormenta eléctrica donde estaremos más seguros es en el interior de un coche, ya que en caso de que caiga un rayo este será absorbido por el metal y no penetrará en el interior del vehículo.

Glóbulos rojos rodeados de un halo blanco (azul en realidad) de orgón a 2.700 aumentos. Fuente; http://compartir-wilhelmreich.blogspot.com.es/

Conocedor de este hecho y como ya suponía que dicha energía parecía comportarse al revés que la electricidad normal que es claramente no orgánica y no propia para nada de la vida, Reich introdujo en una cámara de Faraday substancias altamente biónicas versus un control no bionizado, realizando fotografías en exposición sobre una película hecha de sulfato de zinc, y encontrando con ello notorias diferencias. En la medida en la que el experimento XX se desarrollaba y se hacían más y mejores medidas, Reich encontraba con que el agua bionizada tenía más y más PA, y esto provocaba efectos cada vez más complejos en el laboratorio. Había cosas que podían ser discutibles, como el hecho de que las manos se volvían de color azulado, se notaban efectos psicológicos beneficiosos, pero había hechos físicos y palpables que eran incuestionables. Reich reparó especialmente en el hecho de que las películas de fotos se velaban misteriosamente, hecho que demostraba que la energía orgónica podía traspasar todo tipo de materiales. Al mismo tiempo, la velocidad de penetración dependía del tipo de material, lo cual, era una característica que demostraba que no se podía tratar de energía electromagnética ya que esta supuestamente se propaga a una velocidad constante.

Acumulador de Orgón para sesiones de terapia anti-cancerígena. 

Al mismo tiempo y auspiciado por la pista que suponía la presencia de coloides, parecía que cuando más energía orgónica había menos tendencia había al equilibrio, o lo que es lo mismo, más patrones de reorganización espontánea parecidas a la vida. En el caso de un foco caliente y uno frío, o de una pila con potencial positivo y negativo conectadas, la naturaleza tiende a equilibrar y no a hacer más grande el desequilibrio. Lo que Reich se encontró, era justo lo contrario, demostrando paralelamente, una gran sensibilidad con el tiempo atmosférico y con la humedad relativa en el laboratorio. Se trataría por tanto de una violación de la famosa segunda ley de la termodinámica, de la que hablaba en este anterior enlace para que el lector seguidor de este blog entienda como poco a poco, vamos cerrando el círculo.

Esquema del experimento que permitió encontrar que materiales orgánicos atraían el orgón y como el hierro lo atraía y lo repelía. La Biopatía del Cáncer. Pag 111. 

Conocedor Reich de la especial simbiosis del agua con el orgón, especuló con la existencia de un orgón atmosférico, y comprobó que pese a su carácter omniprescente, la densidad de orgón dependía directa y principalmente del nivel de humedad relativa sobre el resto de los gases de la atmósfera. Para encontrar que substancias atraían el orgón, Reich diseñó un primer experimento que consistía en un péndulo doble hecho de un material orgánico el primero y de un material metálico el segundo sobre una esfera de metal, encontrando que exclusivamente cuando se usaba una esfera de hierro y no otros metales como el cobre o especialmente el aluminio, el péndulo metálico se alejaba de la esfera mientras que el orgánico lo atraía. La conclusión era que los materiales orgánicos atraían el orgón, mientras que el hierro lo atraía para inmediatamente expulsarlo. Por tanto, si se construía un recipiente con capas alternadas de materiales orgánicos que se había comprobado poseer un elevado PA experimental como pudiera ser maderas nobles de haya o roble y hierro versus otro recipiente hecho con madera aglomerada y aluminio, se deberían de observar diferencias que en la medida en la que la alternancia entre dichas capas aumentaba, deberían de ser cada vez más notorias. Y efectivamente, así fue.

Foto. Acumulador de orgón de 4 capas de lana y una madera de pino noble, más 5 capas de hierro dulce, de 81 x 50 x 50 cm internos. Los resultados de los experimentos serán presentados para principios de 2014.

Lo primero que se detectó fue que al aumentar las capas de hierro y madera, aumentaba la diferencia de temperatura, pero curiosamente, este hecho se invertía en verano y en invierno, de manera que en invierno tendía a calentarse y en verano a enfriarse. Diferencias de hasta 8 grados en días soleados que luego se descubrió que eran en los que el orgón está más en superficie no podían deberse a errores de medida. También se detectó, que era en verano donde la diferencia de temperatura era más grande, hecho que demostró que el orgón tenía una tendencia natural hacia el frío. Y desde un punto de vista termodinámico, un estado frío es más ordenado que uno caliente y de manera recurrente, Reich descubrió comportamientos que contradecían las leyes de la termodinámica al uso.

Germinados de soja verde tratados en una cámara de orgón y en una falsa cámara de orgón como control. James De Meo. Ref: The Heretic’s Notebook. Pg 168. 

Al aplicarlo a pacientes con cáncer en sesiones de 15 minutos en acumuladores, los pacientes de cáncer experimentaban mejoras notorias y un importante decrecimiento tumoral, confirmando la hipótesis de que el orgón estaba relacionado con la formación de biones primero, y de que estos podían eliminar los Bacilos-T después. Es importante destacar que Reich especifica muy claramente en sus resultados, que sus acumuladores eran un buen medio paliativo pero no una solución definitiva al cáncer como se le ha acusado, conclusión a la que llegó después de realizar sesiones con un número suficientemente importante de pacientes. Reich no deja de realizar estudios psicoanalíticos a sus pacientes y si bien en los estudios casuísticos que presentó en “La Biopatía del Cancer” quedó claro que el origen de dicha enfermedad debería de ser netamente psicológico, y que el desequilibrio entre la pulsación vital es consecuencia y no causa de este desorden interno, no llegó a establecer nunca unas leyes fundamentales como si hizo el doctor Hamer

En definitiva, una energía que desafiaba directamente las leyes de la termodinámica y del electromagnetismo al uso, añadiendo una conclusión más a la lista de desafíos directos a las pilares más fundamentales de la ciencia moderna.



Conclusiones momentáneas.

En mis anteriores entradas sobre la teoría de los Colores de Goethe y sobre el descubrimiento de la electricidad fría, se ponía sobre la mesa la idea de que la comunidad científica desconoce que el color no está formado solamente por ondas electromagnéticas que se diferencian exclusivamente por su frecuencia como la visión "mecanicista newtoniana" cree, sino por dos espectros, siendo el espectro de la oscuridad desconocido.

Acumulador de Orgón original. Nótese la cantidad de capas que contiene. 

Al mismo tiempo, también vimos que la electricidad está formada por dos flujos uno caliente y conocido y otro fría y desconocido. En las próximas entradas, vamos a ver como Reich llegó a las mismas conclusiones que Tesla, Schauberger y Steiner sobre este aspecto absolutamente fundamental para entender la naturaleza. Recomiendo encarecidamente al lector que no lo haya hecho, que lea estos dos artículos tan únicos como fundamentales de los grandes años de Borderland Sciences Foundation, así como mi artículo sobre el éter. Su lectura allanará mucho la comprensión de la obra de Reich y de su incalculable y perdido legado. En todo caso, el lector seguidor de mis entradas sobre Ciencias Tradicionales ya estará al caso de que Reich fue un enamorado de la Naturaleza y un gran observador de la misma en su entorno, y habrá establecido los mismos puentes que estos sabios olvidados del pasado a los que hacía referencia establecieron, porque la ciencia es nada menos que la observación sin prejuicios del mundo natural del que somos inevitablemente parte.

En este vídeo final, se puede ver un resumen de las aplicaciones y el significado que tiene el descubrimiento de la energía orgónica.

Wilhelm Reich and the Orgone Energy



Actualización1; En el libro de reciente aparición Donde está la verdad, en la que se habla del último período que va de 1948 a 1957, se publicaron la petición de Fósforo 32 en forma de fosfato de potasio radiactivo (20 milicuries) que Reich hizo a la Comisión Nacional para la energía Nuclear.




Este hecho tendrá extrema importancia en la siguiente entrada.




Artur Sala - La Ciencia Perdida

(El "blog" sobre toda la ciencia censurada, prohibida, perseguida y ridiculizada)