jueves, 8 de octubre de 2015

Cuando el Olor de la Sangre es Parte de un Patrimonio Nacional


No hay argumento posible que justifique la vergonzosa tortura que se ejerce en España sobre los toros. Detrás hay toda una historia sangrienta extremadamente violenta que comenzó hace tantos años que la memoria se pierde entre siglos de masacres, de asesinatos, de todo tipo de crímenes, holocaustos brutales, que vienen desde los tiempos de las conquistas de Canarias y América, el mayor genocidio de la historia de la humanidad, con más de cien millones de indígenas asesinados por la corona española y la Iglesia Católica. 


Llama la atención que en pleno 2015 personajes como el viejo Borbón y toda su casta se sigan emocionando viendo la sangre de una animal inocente, exalten lo más negro de sus siniestras entrañas mentales, se corran de gusto viendo como los toreros masacran a un inocente animal. 

Al "abuelete" le han quitado la corona, así que ya se conforma con cualquier tocado. Se le ve tan ilusionado como si fuese la amiga de la novia cazando el ramo al vuelo. Pathétique!

Podríamos decir que existe una raza podrida integrada por seres del mal, quizá ese no sea el termino adecuado, mala gente, maligna, demonios del terror, que mientras se solazan viendo morir de puro sufrimiento a un ser vivo se complacen en destruir también las vidas de su pueblo, se alegran de que sus infectos gobiernos arrasen los derechos humanos, generen que cuatro millones de niños y niñas estén pasando hambre, que millones de familias no tengan ingresos, que la gente haga cola en los bancos de alimentos o se humillen mendigando las migajas de una exigua ayuda social. 


La imagen de la corrida de toros en la reciente fiesta grande de San Sebastián, prohibida por el anterior gobierno municipal de Bildu, recuperada vergonzosamente por el PNV y el PSOE, partidos del régimen del tormento innecesario y criminal sobre seres que no se merecen estas aberraciones. La cara del "viejo monarca" lo dice todo, las fotos y los vídeos no mienten. Se ve claramente como se pone como loco cuando ve al toro morir lentamente entre sufrimientos extremos. 


¿Asesinar a un toro es patriotismo español? ¿Alegrarse y disfrutar con su dolor y muerte lenta es cultura, es acaso tradición popular?


Me avergüenzo como ser humano que un tipo famoso en todo el mundo por asesinar elefantes, por su correrías y juergas a cargo del erario público, entre otras actuaciones que prefiero omitir, aparezca públicamente con toda su prole, hasta con su desprestigiado y siempre desencajado nieto Froilán, felices, muy satisfechos de asistir al “circo romano”, donde quienes mueren no tienen derecho ni siquiera a defenderse justamente. 


¿También irá el Borbón a Tordesillas? Ya el toro está elegido y preparado para torturarlo salvajemente hasta la muerte por una banda de energúmenos

¿Es esta la imagen que se pretende vender al mundo desde la monarquía española y su gobierno? 


La “marca España” está manchada de sangre animal. Jamás podrán limpiar tantas manos, tantos corazones, tantas mentes impregnadas de sadismo y psicopatía premeditada. 

Francisco González Tejera






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