Hoy les presentamos 2 artículos muy reveladores de Morféo, de “Detrás de lo Aparente”. Aunque son de hace unos años, verán que por desgracia siguen estando muy de actualidad.
Y para acabar les ponemos un vídeo que ya habíamos publicado y que nos debería hacer reflexionar: “Contrato de Esclavitud: ¿Aceptas?”
EL MONSTRUO DE CUATRO CABEZAS
martes, 3 de mayo de 2011 - 19:42
Este artículo pretende mostrar uno de los engaños más grandes y mejor orquestados de la historia de la humanidad, la Democracia. Su defensa enarbola la bandera de la libertad y la justicia, flanqueada por la política y la religión, sus lugartenientes de barro. En su nombre se cometieron y se cometen los más atroces pecados, guerras, asesinatos, violaciones, traiciones y mentiras. Todo por la defensa del monstruo y su verdadero rostro, el ego, un programa macabro implantado por los amos hace eones para ocultar a la unidad de carbono la existencia de la consciencia del ser.
Comencemos analizando el concepto de libertad. Libertad es una palabra cuyo concepto primogénito encierra una energía especial, porque su procesamiento es tarea natural y exclusiva del centro emocional, pero muy astutamente los amos modificaron la octava de tal manera, que tomó el control de procesamiento el centro intelectual asociándola directamente con la democracia. Usted es libre si vive en democracia, de lo contrario no lo es.
La libertad implica todo un conjunto de sentimientos que no refleja en absoluto a quien está asociada. Usted no es libre de nada, toda decisión está normalizada por leyes hechas en realidad para dominarlo y que ni siquiera usted estuvo de acuerdo ni formo parte de su creación.
Libre es ser dueño de sus actos en su totalidad, sin nada ni nadie que le diga cuándo, dónde, qué y cómo hacerlo. Solo usted y su consciencia son dueños de su libertad, sin representantes ante nadie, pero en su defecto la democracia se hizo cargo como representante de su libertad defendiéndola con la supuesta “justicia”, y aquí entramos en la segunda y aberrante mentira, la justicia.
¿Qué es ser justo?, ¿acaso es justicia dejar que mueran niños por inanición?, ¿o tal vez justicia es estar encerrados en nuestras casas mientras los delincuentes hacen y deshacen a su antojo?, ¿o quizás justicia es tener que pagar por todo lo que uno tiene como si fuera alquilado?, ¿o justo es tener que comprar un pedazo de tierra para vivir?.
¿Quién es dueño de la tierra, los poderosos, los que disponen de dinero?, ¿acaso no nos pertenece a todos por haber nacido en ella?, ¿justicia es que la salud, la educación y la vivienda sea un derecho solo para los que tienen dinero?, ¿justicia es que se permita lo que se permite y no se permita lo que se tiene que permitir?. La justicia es una gran mentira, una perversa ilusión que usan para dominarnos, la única justicia verdadera es la del amor, claro que no está permitido ejercerlo, no sea cosa que seamos realmente justos con nosotros y con los demás.
Pero por suerte tenemos a la religión, que cura nuestras heridas y alivia nuestro sufrimiento, la religión del Demiurgo de la tierra, la religión que nos cobijó en la inquisición, que nos protegió en las guerras, que nos alimentó en la desgracia, que nos aclaró todas las dudas del alma, que nos dio amor y nunca nos amenazó con el castigo divino, que nos protegió del miedo a la muerte mostrándonos el infierno, la religión que enarbola la bandera del sufrimiento en la pasión de su representante, y lo muestra muerto y crucificado, en vez del amor y la vida con las enseñanzas del mismo, la religión que con su fortuna y sus bancos (Santander y otros) se ocupa de los necesitados.
Si, por suerte tenemos esa religión que respetan los políticos porque es su socia en justicia y libertad. Políticos que ejercen la política para someter, engañar, robar, dominar, defraudar, manipular, en representación de la “demo-nio-cracia” y en nombre de la ciudadanía, sus esclavos. Perdón, quise decir empleadores, porque son nuestros empleados, ¿no?. Nosotros los elegimos, les pagamos sus descomunales sueldos, les damos sus ilimitados poderes, le engordamos su ego y su bolsillo, todo para que nos representen, defiendan, protejan, etc...
¡Qué ironía!, el patrón le dio el poder al empleado y ahora ni siquiera se da cuenta de ello, porque el programa está implantado, el monstruo de cuatro cabezas está en cada uno de nosotros, defendiendo su existencia con uñas y dientes para que nos siga devorando, poco a poco, disfrutando su exquisito banquete de unidades de carbono. Corderos de dios, corderos de los amos, corderos de sus representantes, corderos de nosotros, corderos de corderos.
Esta es la cruda realidad, sin vueltas ni análisis, sin justificaciones vacías, sin programas protectores, sin filtros que suavicen, solo la realidad subjetiva. La realidad general es otra cosa, porque con un solo movimiento la realidad subjetiva sería diferente y todos nosotros seríamos los amos y ellos los esclavos.
Pero eso tampoco sería justo, porque el cambio de roles no es la solución. Justo sería mostrar todas las cartas para poder elegir la mejor para todos, y eso solo se logra con amor, esa extraña palabra que cuesta tanto entender y procesar correctamente, la que nos conecta con la fuente y nos hace realmente libres y justos.
Morféo
de Gea
POLIJUSTICRACIA
viernes, 8 de junio de 2012 - 19:00
El peor pecado de una sociedad es creer que sus poderes democráticos son representativos de sus ideales e intereses. La democracia está diseñada para manipular a las masas como marionetas, haciéndoles creer que son escuchadas y representadas por sus políticos, y sus derechos e intereses, cuidados, respetados y defendidos por la justicia. Nada más lejos de la realidad, la democracia es una burda polijusticracia, donde los políticos y la justicia hacen y deshacen sin importarles lo más mínimo lo que opinen, quieran o necesiten los incautos e inocentes ciudadanos.
El sistema es una dictadura legal y encubierta, con sus tres poderes des-representativos: ejecutivo, legislativo y judicial.
El sistema es una dictadura legal y encubierta, con sus tres poderes des-representativos: ejecutivo, legislativo y judicial.
Todo magistralmente diseñado para lograr sus intereses particulares y cumplir con la agenda de la sinarquía mundial, destruyendo todo lo bueno, e implementando todo lo malo para lograr el sometimiento físico y psicológico del ciudadano, mejor dicho del prisionero del estado número xxxx
Reyes, presidentes, ministros, legisladores, senadores, diputados, concejales, políticos en general, jueces, fiscales, secretarios, etc, etc, etc..., todos ellos herramientas indispensables del proceso de destrucción nacional, todos ellos resguardados y respaldados por la maquinaria más perversa y cruel que existe, la burocracia. Inútil sistema de organización y conjunto de normas, papeles y trámites innecesarios para gestionar una actividad administrativa simple, y llevarla a su máxima expresión para que todo trámite sea una tarea tan complicada e interminable como un cuento de Kafka.
Me pregunto ¿a quién favorece todo esto? La respuesta es evidente, a nosotros seguro que no. La verdad que estoy harto de este sistema complicado, inservible y obsoleto, pero claro, eso no importa porque justamente está diseñado para eso, cuanto más cansado esté uno del sistema, más eficiente y satisfactorio será.
La polijusticracia se ocupa de destruir la educación, la familia, los valores, de promover y proteger el delito, la droga, la prostitución infantil, la injusticia social, económica y espiritual, porque hasta eso llega, a que ni siquiera tenga derecho ante dios de tener una vida digna para él y su familia.
Total, si a dios no le importa, porque importarle a un político o un juez que menganito duerma en la calle con su familia, porque fue desalojado por un fallo “judicial” y el banco se quedó con su casa, que ahora no usa nadie. ¿Cuál es el derecho que da derecho sobre los demás decidiendo su miseria?. Voy más allá y digo que la constitución nacional de cualquier país, es papel escrito por “Personajes” que en su momento también respondían a la sinarquía. La constitución es menos importante y respetada por los políticos y jueces, que una novela tabloide de tercera, sólo está como pantalla de justicia y seriedad política internacional. Si realmente se respetara la constitución nacional de algún país, no tendrían que existir la política y la justicia que la desestime, viole y destruya, sistemáticamente. Aquel que diga lo contrario es porque pertenece y es beneficiado por el poder. Y sí, estoy siendo catedrático y autoritario en esta afirmación porque es lo que es y lo que pienso.
Me pregunto ¿a quién favorece todo esto? La respuesta es evidente, a nosotros seguro que no. La verdad que estoy harto de este sistema complicado, inservible y obsoleto, pero claro, eso no importa porque justamente está diseñado para eso, cuanto más cansado esté uno del sistema, más eficiente y satisfactorio será.
La polijusticracia se ocupa de destruir la educación, la familia, los valores, de promover y proteger el delito, la droga, la prostitución infantil, la injusticia social, económica y espiritual, porque hasta eso llega, a que ni siquiera tenga derecho ante dios de tener una vida digna para él y su familia.
Total, si a dios no le importa, porque importarle a un político o un juez que menganito duerma en la calle con su familia, porque fue desalojado por un fallo “judicial” y el banco se quedó con su casa, que ahora no usa nadie. ¿Cuál es el derecho que da derecho sobre los demás decidiendo su miseria?. Voy más allá y digo que la constitución nacional de cualquier país, es papel escrito por “Personajes” que en su momento también respondían a la sinarquía. La constitución es menos importante y respetada por los políticos y jueces, que una novela tabloide de tercera, sólo está como pantalla de justicia y seriedad política internacional. Si realmente se respetara la constitución nacional de algún país, no tendrían que existir la política y la justicia que la desestime, viole y destruya, sistemáticamente. Aquel que diga lo contrario es porque pertenece y es beneficiado por el poder. Y sí, estoy siendo catedrático y autoritario en esta afirmación porque es lo que es y lo que pienso.
Todo esto sería muy simple de resolver, ningún político o miembro de la justicia tendría que ganar más que el sueldo mínimo estipulado para un operario o empleado, o sea que el parámetro tendría que ser del que menos gana, y si no les gusta, que se dediquen a otra cosa. La política y la justicia son por vocación a la patria y altruismo al prójimo, no por poder, dinero y ego. ¿Por qué tienen jubilaciones de privilegio y de por vida al retirarse de sus cargos, aunque aún sean jóvenes y productivos?, cuando un ciudadano común, para jubilarse, tiene que pedir de rodillas que la burocracia se la otorgue y permita a tiempo para que pueda disfrutar algo antes de morirse. En definitiva somos nosotros, con los impuestos, los que les pagamos sus sueldos y desproporcionadas e injustas jubilaciones. ¿Por qué pagarles a empleados ineficientes, ladrones y corruptos?.
Realmente como empleadores tendríamos que despedirlos. Es más, yo, como su jefe, empleador y ciudadano, despido al rey o presidente y a todos los políticos y jueces nacionales, por traición a la patria y a mi persona. Yo por derecho ciudadano demando a la política y la justicia por incumplimiento de las tareas por los que fueron contratados y decreto su inmediato e irrevocable despido sin derecho a retribución alguna. Por mi parte, no tengo más representantes ni respetaré lo irrespetable.
Realmente como empleadores tendríamos que despedirlos. Es más, yo, como su jefe, empleador y ciudadano, despido al rey o presidente y a todos los políticos y jueces nacionales, por traición a la patria y a mi persona. Yo por derecho ciudadano demando a la política y la justicia por incumplimiento de las tareas por los que fueron contratados y decreto su inmediato e irrevocable despido sin derecho a retribución alguna. Por mi parte, no tengo más representantes ni respetaré lo irrespetable.
Creo que es momento de tomar decisiones personales, que luego serán generales cuando cada uno se haga responsable de su vida y realidad. No pretendo que me emulen, ni sigan, ni me tomen como ejemplo. Cada uno es dueño de sus actos y su destino. Pueden agachar la cabeza y dejarse manejar, o levantar la vista, mirar a los ojos con firmeza, y decirle en la cara a quien corresponda, cómo funcionan las cosas: “yo soy su empleador, pago su sueldo, su jubilación, su estilo de vida y por consiguiente exijo a cambio respeto, representación y fidelidad. Si usted no puede o quiere respetar este contrato trabajando para la sociedad, le informo que está despedido”.
Como Humano sólo respondo a un representante, y es mi Ser. Todos los demás, no existen, son sólo marionetas del poder. Como Virya tengo el compromiso de defender mi existencia y crear mi realidad trabajando para el Ser y el prójimo. Usted decide para quien trabajar. Si se considera un Lhumanu del corral, trabaje para la polijusticracia de la sinarquía sin quejarse. De lo contrario, déjese de vueltas y comience a trabajar para su SER.
Nadie más lo representará o hará las cosas por usted, porque los milagros no existen si usted no los genera y crea. Actúe y sea por una vez lo que realmente es, Humano y Virya.
Como Humano sólo respondo a un representante, y es mi Ser. Todos los demás, no existen, son sólo marionetas del poder. Como Virya tengo el compromiso de defender mi existencia y crear mi realidad trabajando para el Ser y el prójimo. Usted decide para quien trabajar. Si se considera un Lhumanu del corral, trabaje para la polijusticracia de la sinarquía sin quejarse. De lo contrario, déjese de vueltas y comience a trabajar para su SER.
Nadie más lo representará o hará las cosas por usted, porque los milagros no existen si usted no los genera y crea. Actúe y sea por una vez lo que realmente es, Humano y Virya.
Hay un contrato que nos ata a todos. Por cumplirlo, hemos renunciado a ser dueños de nuestras vidas, de nuestro pensamiento y de nuestra libertad.
Se nos ha dicho que a cambio recibimos la protección y los servicios del Estado.
Pero por algo a lo que tenemos derecho, pagamos de por vida y con nuestra vida. Y sabemos que la otra parte hace trampa.
Un acuerdo que solo obliga a una de las partes no es un acuerdo, es una IMPOSICIÓN. Así que ha llegado la hora de despertar y replanteárnoslo.
Nuestra "INACCIÓN" es sinónimo de la aceptación de estos términos del contrato que vienen en “letra pequeña”.
Contrato de Esclavitud: ¿Aceptas?
Hay un contrato, un contrato que nos impuso la élite que gobierna el mundo desde hace miles de años, incluso más de lo que muchos creen.
Es un contrato que lamentablemente Todos venimos aceptando desde hace mucho tiempo.
Es un contrato que, por ejemplo, permite que grandes banqueros judíos controlen los destinos de los pueblos.
Es un contrato que, por ejemplo, permite que grandes multinacionales tengan a gente haciendo trabajo esclavo (como Nike por ejemplo), o que contaminen el planeta...
En este contrato aceptamos que este sistema netamente ANTI-HUMANO nos esclavice día a día con sus reglas creadas para la dominación mundial.
En este contrato aceptamos que este Sistema nos separe de la esencia del ser humano, aceptamos que nos manipulen mentalmente haciéndonos creer que una persona vale por lo que tiene a nivel material...
En este contrato también aceptamos que tengan dormida nuestra parte Espiritual, se nos oculta nuestro destino, crean religiones para la manipulación, ocultan el verdadero mensaje de Jesus...
En resumen, en este contrato se pone en juego Tu libertad, Tu decisión de NO seguir siendo un esclavo del sistema. Queda en Vos aceptar o No aceptar los términos.
En el momento en que nos levantamos por la mañana actuamos como robots que cumplen a la perfección con el programa preestablecido. Un programa que nosotros mismos firmamos como un contrato y que alimentamos cada día a veces sin darnos cuenta de ello.
Os invito a recordar y reflexionar que tipo de contrato es el que TOD@S estamos aceptando.
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