Miro a mi alrededor y observo un mundo donde absolutamente nada hace lo que se supone que debería hacer. Siempre hay un factor esencial en toda la historia que nos lleva a pensar si realmente ¿las instituciones que conforman el mundo, hacen lo que deberían hacer?, o quizás estén allí para exactamente todo lo contrario.
Por ejemplo, creo que algunas religiones (póngale usted nombre), no están para exaltar el lado espiritual humano y transmitir un mensaje de amor. Quizás están para confundir la verdadera espiritualidad, aceptar la pobreza y la escasez como algo bueno y trabajar para sostener este insostenible modelo social.
Si seguimos la lista, podemos pasar a las instituciones de enseñanza, esas que cada cuatro años cambian sus modelos a peor y en las que realmente llego a pensar que no enseñan a nuestros niños. En realidad les adoctrinan, le meten en la senda de la ortodoxia del conocimiento, como si de un “molde” se tratase que a todos los hace iguales. Y por si fuera poco, últimamente he visto como nuestros políticos dicen que desde la infancia hay que enseñar a los niños a servir bien a las empresas, los centros de enseñanza no educan, preparan a los niños a un mundo donde la hiperproductividad será la pauta y la competitividad la constante.
Y que me dicen de los políticos, ¿acceden al poder para enriquecer las sociedades o para enriquecerse ellos empobreciendo a las sociedades?, ... los cientos de casos de corrupción avalan la última propuesta…
Seguimos en la lista, que me dicen de la sanidad y los medicamentos, ¿están para curarnos o para mantenernos enfermos sosteniendo su negocio?…
O los juzgados, ¿hacen justicia?… o quizás se limitan a aplicar leyes en ocasiones injustas…
Y los grandes medios de comunicación, ¿su función es informar o su función es desinformar y mantener a la gente dentro de una falsa percepción de la realidad?…
O los bancos, ¿son para dar riqueza… o lo que realmente hacen es producir más pobreza?
La industria de la alimentación, ¿está para nutrirnos saludablemente o para vender productos exageradamente sabrosos a precios competitivos cargados de aditivos, colorantes y conservantes?... que en no pocas ocasiones nos enferman y cuyo fin último es mejorar la cuenta de beneficios…
La lista es interminable… casi la totalidad de las instituciones públicas y privadas que hay en un país, tienen como fin último hacer exactamente lo contrario de lo que deberían hacer.
LA GRAN ILUSIÓN
La pregunta es... ¿cómo podemos aceptar que quizás nada sea como debería ser y no ser conscientes de ello?
La respuesta es que nos han creado una ilusión tan grande, nos han metido en un engaño tan monumental que incluso somos nosotros los que sostenemos tal espejismo, afirmando y repitiendo lo que desde pequeños nos han dicho, lo que desde jóvenes nos han impuesto y lo que desde adultos nos han repetido constantemente.
Mire a su alrededor, analice lo que digo, pero las preguntas que me surgen son las que verdaderamente deberían ser contestadas.
¿Quién tiene interés en que todo sea así?
¿Quién está detrás de todo este gran engaño?
¿Es una persona, un grupo, una entidad…?
Me recuerda a las dos caras que mostraba el Dios Jano. Una pública y brillante; y otra oscura y secreta. Y créame, el objetivo final de todo esto, no es la parte brillante.
¿Cómo podemos liberarnos de
este sistema?
Tengo un viejo vídeo, muy revelador donde quizás se encuentre la respuesta…
La Masa Frente Al Individuo
Congreso Sabiens 2015 (Charla de JL
Sobre “La Conspiración Global”)
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