Hay un contrato que nos ata a todos.
Por cumplirlo, hemos renunciado a ser dueños de nuestras vidas, de nuestro pensamiento, de nuestra libertad.
Se nos ha dicho que a cambio recibimos la protección y los servicios del Estado.
Pero por algo a lo que tenemos derecho pagamos de por vida y con nuestra vida. Y sabemos que la otra parte hace trampa.
Un acuerdo que solo obliga a una de las partes no es un acuerdo, es una IMPOSICIÓN. Así que ha llegado la hora de despertar y replanteárnoslo.
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El Contrato Que Aceptamos De Por Vida
¡¡¡Es Hora De Despertar!!!