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lunes, 29 de diciembre de 2014

Nos Mienten, Te Mientes


Nos mienten.

Eso es una realidad.

Siempre nos han mentido. Las élites, los gobernantes, los banqueros, los señores feudales en épocas pretéritas…

Todo aquel que tenía un indecente motivo para guardar algo del resto de la opinión, lo ha ocultado sobre capas de mentiras, distracción y un sinfín de elementos de confusión.

No es ni siquiera algo nuevo. Ya el gran Cayo Julio César lo proclamó cuando declaró "Panem et circense" (Pan y Circo para la plebe).

Ahora lo han mejorado en una "versión 2.0 y digital" del famoso recurso cesariano de estrategia de control social.

Por "Circo" nos dan fútbol, internet casi gratuito, 50 canales de televisión basura a la que llaman "entretenimiento", teléfonos móviles inteligentes (aunque parece que la inteligencia se reduce a jugar durante horas al "Candy Crash Saga" o a tenernos metidos en Facebook el día entero compartiendo estupideces…).

En definitiva, distracciones, muchas distracciones.

Por "Pan" nos dan eso… migajas. La posibilidad de ir un dominguito a la playa, o de tomar unas cervecitas con los amigos (acto al que, si lo hacemos en la calle, rápidamente llamarán "botellón") y poco más.


Detrás de las bambalinas de este sainete de mal gusto se esconden intereses para los que estorbamos si miramos demasiado, si preguntamos demasiado… Si nos volvemos demasiado curiosos o librepensadores.

El robo institucionalizado campa por todas partes. Es el mismo Estado que te roba vía impuestos, tasas, sanciones administrativas y mil inventos más, el que te da el fútbol por las tardes y encima quiere que proclames el "Ave César" cuando te toque votar.

Son las compañías de bienes y servicios de primera necesidad (luz, agua, gas, gasolina, calefacción) las que te suben el precio de estos servicios sin los cuales no se puede vivir, al tiempo que patrocinan campeonatos de mil deportes, exposiciones y conciertos (con tu dinero, por supuesto) para que te sientas parte de una sociedad del bienestar. Aunque ese bienestar hace años que saltó por los aires.

Pero todo eso ya lo sabemos.

Nos mienten, está asumido… ¿Y qué?.

Lo que me preocupa sobremanera no es ya que estos animales nos engañen. Eso ha sido así desde que el tiempo es tiempo.

Lo que me preocupa es que NOSOTROS MISMOS NOS ENGAÑAMOS.


Una y otra vez caemos en las mismas trampas. Decididamente se lo ponemos muy fácil. Ya no tienen ni que esconderse, ni que cambiar de estrategia.

¿El banco en el que llevas media vida confiando se ha demostrado que ha desfalcado esa confianza, mal empleado los fondos de sus clientes y ha causado un agujero de miles de millones?… No pasa nada. Tan pronto como saquen un par de anuncios en los que te ofrezcan un juego de toallas por tu nómina, ahí que irás y volverás a depositar tu dinero en sus pulcras manos.

¿La tarjeta de crédito de tal o cual entidad te tiene ahogado?.Sin problemas… Tan pronto te ofrezcan otra un poco más dorada y con un porcentaje menos de comisión, ahí que renovarás tus votos de fidelidad y volverás a entrar en la cadena de la deuda miserable.

¿Esa ropa de marca tan bien diseñada se fabrica en Bangladesh empleando a cientos de niños menores de 15 años durante jornadas laborales inacabables y con una mísera de estipendio?… 

Sin problema majete, lo importante es ir "cool" y demostrar bien claro que en tu pecho hay un cocodrilo verde o un jinete jugando a polo sobre un caballito. Eso es lo que importa. Que tu ropa "mole", sin importar quién esté detrás o el precio en vidas que esos logotipos se cobran al otro lado del mundo. Lejos, donde tú no lo ves…

Si no rompes esta cadena de dependencia hacia las marcas, lo "caro" como sinónimo de "valor", lo "cool" como sinónimo de integración social, lo "rápido" como sinónimo de eficiente y demás mentiras consolidadas, no sólo no dejarás de ser un esclavo sino que, además, estarás ayudando a esa explotación, a esa mentira colectiva mediante la que nos controlan y nos gobiernan.


Si vas a una manifestación, eres un terrorista o un antisistema, como si ser contrario a un Sistema explotador fuera un insulto, en lugar de ser un deber.

Si compartes ideas de libertad en internet, a través de foros o blogs, eres un subversivo peligroso al que hay que vigilar. Y si no, tampoco importa, también has de ser vigilado. Para ello entrarán en tu email y lo interceptarán, o colocarán videocámaras en las calles, helicópteros en los cielos y programas interceptadores de tus compras, tus mensajes, tus llamadas o cuanto hagas durante el día. Todo para que seas un "buen chic@".

Pero lo mejor de todo esto y de darse cuenta de cuanto ocurre, es que podemos sacar un par de lecciones valiosas.

¿Qué nos están diciendo con todas estas actuaciones?

Que tienen miedo.

Que te temen.

Que eres más peligros@ de lo que crees.

Que puedes cambiar más cosas de las que piensas, con sólo cambiar tú mism@ un par de parámetros dentro de tu mente.

¿Por qué si no, iba a ser tan necesario vigilarte?; ¿Para qué controlarte e invertir tanto dinero, recursos y medios en saber qué haces, o en decirte qué debes pensar, si no fueras peligros@ en caso de pensar libremente?

Tienen miedo.

Parafraseando a Julian Assange: "Su problema eres tú".


Fíjate si eres hábil, si tienes poder y si puedes cambiar las cosas, que hacen todo lo que está en su mano para mantenerte dormid@ y entretenid@. No sea que un día despiertes y comiences a pensar por tí mism@, a interactuar con otros librepensadores y a promover esas ideas libres (y peligrosas para ellos) a través de ese Internet que también quieren controlar, porque es un arma peligrosa en manos de gente inteligente.

Así que tú mism@. Decide por tí y por los que más quieres:

Seguir en el redil o, poco a poco, ir cambiando.

Sentirte libre y ejercer esa libertad, o continuar bajo el manto protector del "Pan y el Circo".

Leer el "Marca" o leer a Platón.

Ver las noticias enlatadas que los "mass media" te dan a la hora de la comida, o buscar la verdad por tu cuenta.

Escuchar y creer, o investigar por tu cuenta.

Asentir y decir a todo que "SÍ", o pensar y buscar la verdad.

La diferencia entre ambas actitudes es la misma que hay entre un simio amaestrado o un ser humano libre.

¡Tú eliges!

Escrito por nuestro colaborador Alquimista

TWITTER: @alquimistaverda