El denominado "Diario de Ana Frank" es el punto más sensible de lo que constituye una auténtica “industria del victimismo”, que gira en torno a la triste realidad del “holocausto”. El contraste de la imagen inocente e infantil de la protagonista, frente a sus intrínsecamente perversos captores, ha convertido a esta obra no sólo en un "best-seller" mundial (con innumerables ediciones, traducciones, teatralizaciones y adaptaciones cinematográficas), sino además en otro muro de los lamentos, donde todo análisis documentado sobre las dimensiones reales del “holocausto” es respondida con una bien estudiada campaña de histeria y sensiblería, cuando no con leyes que pretenden establecer una verdad incontestable sobre lo sucedido y silenciar a los disidentes.
En la presente nota, se recogen los principales argumentos y dudas que existen acerca de la autenticidad y veracidad de lo contenido en dicho "Diario". Así como se señala el modo en que, al margen de su valor literario, la obra ha sido usada con afán justificatorio por el poder sionista que, sobre la base de la atrocidad sufrida, hace de otros pueblos (en particular el palestino) objeto de constantes abusos, sometimiento y humillación. Como muy acertadamente señaló Pascual Quignard, "si quieres oprimir a otro lo primero que debes asegurarte es de transmitir la imagen de que la víctima eres tú".
El "autor del blog" no da por definitivas las conclusiones que a continuación se exponen, pero valora como una importante contribución al establecimiento de la verdad toda discusión y análisis que pueda suscitar.
El historiador británico David Irving, el ex profesor de la Universidad de Lyon (Francia) Robert Faurisson, y el estudioso austriaco nacionalizado sueco, Ditlieb Felderer, han demostrado públicamente hasta el cansancio la falsedad de los pretendidos manuscritos que se atribuyen a una niña judía llamada Ana Frank, fallecida por una epidemia de tifus en 1945 en el campo de Bergen Belsen. Según se dice, el comerciante judío Otto Frank de la ciudad de Frankfurt (Alemania), huyó junto a su familia en 1933 a la ciudad holandesa de Amsterdam, debido a la llegada de Hitler al poder. Cuando durante la II Guerra Mundial los alemanes ocupan Holanda, los Frank deciden refugiarse en un escondite para salvarse de la persecución nazi.
PRUEBAS Y FUNDAMENTOS
En un artículo del investigador Enrique Aynat Eknes encontramos los principales argumentos que aquí citaremos. Destaquemos que este trabajo de Eknes tiene como base el libro de Dietleb Felderer titulado “Anne Frank’s Diary, a Hoax” (“El Diario de Ana Frank, una mentira”). Nos detendremos en primer lugar en análisis externos del manuscrito, para luego introducirnos en el texto propiamente dicho.
Ante todo, se debe saber que el estudio que un historiador hace de un documento, como puede ser un diario personal, se realiza con mucho detenimiento, con una pormenorizada descripción de sus características externas tales como tamaño, tipo de papel, cantidad de hojas, cantidad de páginas escritas, espacios en blanco, elemento de escritura, encuadernación y múltiples detalles más. Todo ello permite verificar, entre otras cosas, si realmente fue redactado en el tiempo y lugar que se le atribuyen, y no caer ingenuamente en un fraude. Este minucioso trabajo, verdaderamente científico, es lo que nadie, hasta la llegada de los llamados "revisionistas", había efectuado con los documentos vinculados a los hechos de la Segunda Guerra Mundial.
Respecto del llamado "Diario de Ana Frank" es necesario saber que:
1.- Con significativa obstinación, Otto Frank siempre se negó a que el manuscrito fuera sometido a un análisis exhaustivo a efectos de verificar su autenticidad.
2.- Fallecido Otto Frank en 1980, y a consecuencia de un juicio contra Ernst Roemer, un jubilado de setenta y seis años que se atrevió a negar la autenticidad del Diario, la Caja Alemana de Defensa Legal logró, a pedido del Dr. Rieger, que el Departamento Criminal Federal sometiera a análisis los textos y constató que parte de los mismos habían sido escritos con bolígrafo, invento introducido en 1951. Es decir, cuanto menos siete años después de la muerte de Ana Frank.
3.- Sin embargo, ya veinte años antes, en 1960, la perito calígrafa Minna Becker había dictaminado judicialmente que todos los textos manuscritos del Diario provenían de una sola caligrafía. Por lo tanto, quien hizo el manuscrito puso los agregados con bolígrafo… lo que en términos claros significa que ANA FRANK NO FUE LA AUTORA DEL DIARIO.
4.- Una de las pruebas presentadas por David Irving, fue el contraste entre dos documentos, uno conteniendo la caligrafía auténtica de Ana Frank, correspondiente a las cartas enviadas por ella en esa misma época, y otro con las anotaciones del Diario, cuya caligrafía no se corresponde en absoluto con el de la niña de trece años.
5.- Un folleto de la “Fundación Ana Frank de Amsterdam”, afirma que los amigos holandeses de la familia hallaron un cuaderno de ejercicios con tapas de cartón y de pequeño tamaño. El diario sueco Expressen del 10 de octubre de 1976, publica una fotografía de Otto Frank sosteniendo un volumen considerable que en nada se parece al cuaderno mencionado.
Con relación al texto en sí mismo, éste es un mar de contradicciones.
6.- Resulta poco creíble que en un estrecho refugio, en el que permanecieron durante casi dos años, ninguna de las ocho personas que se encontraban en él supieran que Ana Frank redactaba un diario durante ese lapso (junio 1942 - agosto 1944). El padre dice que se entera después de retornar de Auschwitz.
7.- La necesidad de silencio en el refugio, para no llamar la atención y evitar ser capturados (23/03/1943), se contrasta con las descripciones de las “riñas terroríficas” (02/09/1942), “peleas escandalosas”, “gritos y alaridos, golpes e insultos que habría ni que imaginarlos” (29/10/1943), así como las prácticas de danza de Ana cada noche (12/01/1944).
8.- Es curioso, según el Diario, que los Frank para escapar a la persecución hayan elegido las mismas oficinas y el mismo almacén de Otto Frank para esconderse (09/07/1942).
9.- También es contradictorio cuando dice que Lewin, “un pequeño judío químico y farmacéutico, trabaja para el Sr. Kraler en la cocina” (01/10/1942). ¿Cómo?, ¿Un judío trabajando pacíficamente cuando se pretende que los judíos sufren una brutal persecución por parte de las autoridades?…
10.- Son reveladoras, nos dice E. Aynat, las tendencias sexuales de esta niña de ¡trece años!: “Recuerdo que cuando he dormido con una amiga, he sentido el fuerte deseo de besarla… No he podido dejar de ser terriblemente inquisitiva sobre su cuerpo… Le pregunté, si como prueba de nuestra amistad, podíamos acariciarnos mutuamente los senos, pero rehusó. Llego al éxtasis cada vez que veo la figura desnuda de una mujer, como una Venus, por ejemplo. Me afecta de tal modo que me es difícil impedir que me caigan las lágrimas. ¡Si por lo menos tuviera una amiga!” (05/01/1944). En fin, ¿un poco de pornografía para una mejor venta?… ¿Es éste el lenguaje y las inquietudes de una niña de trece años?… ¿Es ésta una niña sana?…
11.- Según una entrevista a Otto Frank en 1956, las persianas siempre estuvieron bajas y las ventanas nunca se abrieron, pero Ana afirma que mirar el cielo “es mejor que las píldoras Valeria y el bromo” (15/06/1944) contra la ansiedad y la depresión.
12.- Finalmente, queda en evidencia el objetivo de este Diario: su germanofobia manifiesta: “Serán permitidas todas las lenguas civilizadas, excepto el alemán” (17/11/1942). “Los alemanes son las bestias más crueles que han pisado la faz de la tierra” (19/11/1942).
Esto no ha impedido que las autoridades “alemanas” de posguerra hayan introducido el Diario como libro de lectura obligatoria en las escuelas, para auto-denigración de las nuevas generaciones. El Instituto de Revisionismo Histórico de los Estados Unidos (IHR), ofreció nuevamente U.S. $ 25,000.00 de recompensa a quien pruebe que el Diario de Ana Frank fue escrito por ella. Ni la propia fundación constituida sobre este fraude literario se animó a reclamar tan generosa oferta.
EL CASO DE ANA FRANK
El mito, ¿o tendríamos que decir el timo de Anne Frank?, es probablemente ambas cosas a la vez, a raíz de las investigaciones que hemos podido resumir al respecto. Conocida en el mundo entero por su famoso Diario, Anne Frank es sin duda la “víctima del Holocausto” más celebrada. En lo que se refiere a su impacto en el público, afirma el “caza nazis” judío Simón Wiesenthal, el Diario de Anne Frank es “más importante que los juicios de Nüremberg” ( The Washington Post, 1 de Abril de 1979, pág. H3).
Organizaciones de influencia y la mayoría de los medios de comunicación occidentales, promueven un culto casi religioso por Anne Frank. El mensual británico History Today (edición de Marzo de 1995), afirma que “El impacto del ‘Diario’ ha sido inmenso, especialmente en las jóvenes generaciones, niños de colegio, adolescentes y estudiantes. En Alemania desarrollaron una especie de culto a Anne Frank en los años cincuenta similar a los movimientos despertados por Santa Teresa y Santa Bernadette. En 1957, la emoción de masas fue canalizada en un peregrinar de dos mil jóvenes, desde Hamburg a Bergen-Belsen, incluso lloviendo, durante la ceremonia en la que se depositaron flores en las fosas comunes, en una de las cuales fue enterrada Anne Frank”. Pero lo cierto es que el caso de Anne Frank no es diferente al de muchos otros judíos sujetos a la política de medidas antisemitas en tiempo de guerra llevadas a cabo por las potencias del Eje, no en menor medida justificada por la declaración de guerra que la nación judía realizó contra Alemania ya en 1933, es decir seis años antes de iniciarse el conflicto bélico.
Como parte del programa de evacuación de los judíos de Europa occidental, la niña de 14 años y otros miembros de su familia fueron trasladados por tren de Holanda al campo de trabajo de Auschwitz-Birkenau (actualmente en el sur de Polonia). Varias semanas más tarde, ante el avance del ejército soviético (junto a otros muchos deportados judíos) fue evacuada en ferrocarril de Auschwitz más de 400 kms. dirección occidente, al campo de Bergen-Belsen en Alemania del Norte.
Fue allí donde junto a otros compañeros del campo, Anne cayó enferma de tifus, enfermedad de la que murió a mediados de Marzo de 1945. Su padre, Otto Frank, cayó igualmente enfermo de tifus y fue transferido por los alemanes a la enfermería del campo de Auschwitz, donde se recuperó.
Finalmente formó parte de los miles de judíos que débiles o enfermos quedaron allí al abandonar los alemanes el campo, cuando en Enero de 1945 los soviéticos lo liberaron. Otto Frank murió en Suiza en Agosto de 1980.
Pero… ¿Quién escribió el Diario de Ana Frank?
Se dice que “inicialmente, la publicación del Diario fue rechazada por numerosos editores”. Desde 1952, en que fue editado por vez primera en París (la primera edición holandesa apareció en el verano de 1947), se han hecho más de cincuenta ediciones en todos los idiomas importantes, contabilizando hasta la fecha más de 25 millones de ejemplares vendidos, muchos de ellos a la fuerza, amén de una "hollywoodense película" de gran éxito, obras de teatro y numerosas adaptaciones transmitidas por radio y televisión. Pretende ser el verdadero diario íntimo de una niña judía de Amsterdam, de 12 años de edad, escrito durante la ocupación alemana, mientras permanecía escondida con su familia en los fondos de una casa; posteriormente fueron arrestados (4 de agosto de 1944) y trasladados a campos de concentración, donde Ana Frank falleció a los 14 años de edad, en marzo de 1945, víctima de una epidemia de tifus que se extendió en la zona. Señalemos aquí que la detención de los Frank la llevó a cabo la policía holandesa (Policía Verde) y que Ana Frank fue trasladada primeramente al campo de tránsito para deportados judíos de Westerbork (Holanda), posteriormente, el 2 de septiembre de 1944, al campo de trabajo de Auschwitz-Birkenau y en diciembre del mismo año a Bergen-Belsen, donde el fin de la guerra y el caos inherente producido por los bombardeos aliados sobre ciudades y los medios de comunicación y avituallamiento llevarían al hambre y el tifus.
(Táctica muy empleada por los aliados y que consiste en generar un sitio a la usanza de las antiguas guerras en que se rodeaban la ciudadelas, no permitiendo que nadie entre y nadie salga, impidiendo incluso la entrada de ayuda humanitaria, para lo que se destruyen primeramente los caminos de acceso, puentes, aeródromos, aeropuertos etc. Recordemos como lo hicieron los estadounidenses en las primeras semanas de la invasión a Irak.)
Es decir que fue paseada por toda Europa… Según Otto Frank, el “Diario” fue encontrado por casualidad, por él mismo, escondido en una cavidad que, casualmente, se hallaba entre una viga y el techo del lugar donde habían estado recluidos, antes de caer en poder de los alemanes. Ese encuentro fortuito ocurrió, según Otto Frank, bastante después de finalizada la guerra, en 1952, si bien esta fecha no coincide con la de publicación de las primeras ediciones (1947). Para Wolfgang Benz el diario fue hallado por Miep Gies, una vecina de los Frank en las Prinsengracht 263 de Amsterdam, el mismo 04/08/1944, día de la detención.
Se dice que Ana Frank escribió su diario a escondidas. Así lo afirma en su prólogo George Stevens, quien afirma no sólo que el diario era pequeño, sino también “que del pequeño diario sólo Ana tenía conocimiento”. Aquí surge un problema, ¿cómo es que un libro que, según las ediciones, tiene unas 230, 240 ó 290 páginas, puede ser incluido en un diario pequeño que podía ser escondido detrás de unas libretas de apuntes del colegio? A pesar de hallarse en un desván relativamente pequeño, ninguno de los acompañantes la vio escribir, lo cual no deja de ser difícil, teniendo en cuenta que se trataba de un escrito voluminoso. Otros autores no coinciden sobre este punto. Según el historiador catalán Joaquín Bochaca, que una niña de doce años escriba, en la segunda página de su diario, un ensayo filosófico sobre las razones ontológicas que la impulsan a hacerlo; así como que una niña de tan corta edad sea capaz de redactar una historia de la familia Frank, sin notas a la vista; que confinada en una buhardilla esté al corriente de la legislación y las medidas antisemitas de los “nazis”, incluyendo fechas, números de decretos y nombres propios; supone un caso impar en la historia de la literatura universal. El mismo autor hace notar que las ediciones inglesa y alemana del “Diario” difieren tan fundamentalmente, que las diferencias no pueden ser atribuidas, racionalmente, a criterios de traductor.
¿Fue la niña holandesa Ana Frank la
verdadera inventora del bolígrafo?
El DIARIO de ANA FRANK: La falsificación
literaria más grande del siglo XX
El "Instituto de Revisionismo Histórico de los Estados Unidos (IHR)", ofreció nuevamente US$ 25.000.- de recompensa a quien pruebe que el Diario de Ana Frank fue escrito por ella. Ni la propia fundación constituida sobre este fraude literario se animo a reclamar tan generosa oferta.